Botonera

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13.6.18

XIV. "CINE Y AUDIOVISUAL. TRAYECTOS DE IDA Y VUELTA", Antonia del Rey-Reguillo / Nancy Berthier (coords.), Shangrila 2018




Cine hecho a mano:
cuando menos es más

María Lourdes Cortés



Te prometo anarquía, Julio Hernández C., 2015
A tiro de piedra, Sebastián Hiriart, 2010



[...] En este nuevo siglo, la producción y recepción cinematográfica se transformó radicalmente. Hoy nadie estaría obligado a sacrificar sus bienes para hacer una película. Con una pequeña cámara y un ordenador se puede hacer un filme y este ha sido un modo de producción que se ha utilizado bastante en Centroamérica.

En la región no existen apoyos gubernamentales sólidos para el estímulo del audiovisual. Salvo Panamá, que cuenta con una ley de cine y un fondo de poco más de dos millones de dólares, en ningún otro país hay legislación para apoyar una cinematografía nacional.

En Nicaragua hay una ley, pero no existe un fondo de apoyo, por lo que como señalan los realizadores de dicho país, es meramente un instrumento jurídico, no fomenta la cinematografía nacional. Por otra parte, El Salvador cuenta con un importante fondo creado en el 2012, el concurso Pixels, de dos millones de dólares, destinados a las industrias del videojuego y a la animación. Dicho apoyo viene del Ministerio de Economía, y hace tres años, integró al audiovisual.

Costa Rica, también fundó El Fauno, un fondo que otorga medio millón de dólares a la producción de largometrajes (documentales y ficción) y series para televisión e internet. No obstante, en el caso de El Salvador y Costa Rica, al no basarse en un marco legal, dependen del político de turno.  

De igual manera, los empresarios no se interesan por el cine –el fútbol es mucho más rentable– y el público solo tiene acceso, en un 99%, al cine de Hollywood. Un panorama desolador para quienes quieren vivir del audiovisual, porque como vemos, los estímulos gubernamentales surgen hace apenas cinco años y no necesariamente cubren las necesidades del sector. 

Algunos cineastas han tomado otra vía, un modo de producción más acorde con el contexto económico de nuestros países. Es lo que hemos llamado, un “cine hecho a mano”, que no se debe confundir con un cine artesanal. Estas producciones cada vez se consolidan más, logrando resultados extraordinarios. No solo en Centroamérica, sino también en otros países del continente. 


MICROPRESUPUESTOS PARA CREADORES AUDACES

Los micropresupuestos otorgan libertad creativa, obligan a soluciones originales y producen obras mucho más auténticas y personales. Pero, ¿de cuánto dinero hablamos cuando nos referimos a filmes con presupuestos reducidos? 

El Starlite Film Festival, en Florida, se considera el mejor festival de films de micropresupuesto y acepta producciones realizadas, máximo, con doscientos mil dólares. El Festival Internacional de Cine Pobre, creado en el año 2003 por el célebre cineasta cubano Humberto Solas, acepta filmes con presupuestos de hasta trescientos mil dólares. Pero esto es el coste medio para una película centroamericana [...]