Botonera

--------------------------------------------------------------

25.1.17

VI. "POSNARRATIVO. EL CINE MÁS ALLÁ DE LA NARRACIÓN", HORACIO MUÑOZ FERNÁNDEZ, Shangrila, 2017




Jacques Rancière, Jean Epstein y Wim Wenders


Para el filósofo Jacques Rancière el cine durante buena parte de su historia ha sido una fábula contrariada; ya que si bien por un lado, el ojo mecánico y pasivo de la cámara no conoce las historias sino que filma imágenes sin conceptos, por otro, esta inmediatez e indeterminación constitutiva de la tecnología sería de alguna forma traicionada por la incorporación de la narrativa. Así fue como el cine quedaría preso en un régimen representativo del que parecía apartarse inicialmente y que las demás artes en el siglo XX habían dejado atrás. Pero el cine siempre ha querido decir adiós a la fábula aristotélica, “a la orquestación de acciones necesarias que mediante la ordenación y la construcción del nudo y el desenlace, permite que los personajes pasen de la felicidad a la infelicidad”. Para el filósofo francés, el cine estaba en condiciones de invertir la jerarquía aristotélica que privilegia el muthos, la racionalidad de la trama, y desvaloriza el opsis, el efecto sensible del espectáculo. Pero la realidad es que desde que Epstein lo soñase y Wenders lo escribiese, el viejo arte de contar historias no ha dejado de renovarse, traicionando su destino inicial como el arte que se integró en el régimen estético y pusó fin a la fábula aristótelica. El cine se acabó revelando como la disciplina donde la concatenación de historias, la fabulación y la representación se hacen más pantentes, retomando de esta forma el régimen representacional al que inicialmente se oponía. Sin embargo, hoy en día, la industria del cine parece más preocupada en generar acontecimientos rentables que en contar historias y los blockbuster también se situán más allá de la narración volviendo al modelo de cine de atracciones de los inicios. Lo que persiguen ahora es resaltar la imagen en sí misma a través de la combinación de lo visual y lo sonoro. Sus imágenes priman por encima de la narración, y la tecnología, el diseño y los efectos por encima de las historias. El cine contemporáneo de espectáculo y acción produce un shock en los sentidos del espectador, creando unas imágenes-acción que parecen liberadas por su exceso visual de la narrativa.