Botonera

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25.11.16

VI. "CUADERNO DEL PAISAJE. MATERIALES PARA UN ENSAYO CINEMATOGRÁFICO SOBRE LA GUERRILLA REPUBLICANA ASTURIANA", RAMÓN LLUÍS BANDE, Shangrila, 2016.




En esta cuadra de La Mosquitera, en Ciañu (Llangréu), fuerzas de asalto, infantería y Falange asesinaban a Avelino Fernández García, Lentes.  
Era el día 27 de noviembre de 1937.


[...] quiero ocuparme de la parte más fenomenológica del documental, reflexionando para ello sobre la filosofía de la imagen y el sonido que propone Ramón Lluís Bande. Como he mencionado más arriba, tras el testimonio de Manolín y las fotos de Constantino Suárez en la primera parte del filme, la segunda parte es presentada con este rótulo: “Nun tenemos manera de saber cómo cuntaríen la hestoria d’aquella llucha les voces de los otros cientos de guerrilleros asturianos asesinaos en monte” (No tenemos manera de saber cómo contarían la historia de aquella lucha las voces de los otros cientos de guerrilleros asturianos asesinados en el monte). Las 34 escenas no son un espacio a rellenar o codificar por el espectador, sino espacios desatados en el presente de Asturias. En otras palabras, en Equí y n’otru tiempu la reflexión política lo es no solo en tanto que propone espacios no-saturables o codificables (como mencionamos), sino que se trata de espacios abiertamente “intempestivos” (Nietzsche) frente al devenir del progreso o la eucronía (Hegel) o, en la lectura reciente del filósofo francés Georges Didi-Huberman, “anacrónicos” y, según me atrevería a decir, potencialmente “anacronizantes.” En su obra Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de imágenes, Didi-Huberman elabora este pensamiento del siguiente modo:

En primer lugar, el anacronismo parece surgir en el pliegue exacto de la relación entre imagen e historia: las imágenes, desde luego, tienen una historia; pero lo que ellas son, su movimiento propio, su poder específico, no aparece en la historia más que como un síntoma –un malestar, un desmentido más o menos violento, una suspensión […]. Al contrario, quiero afirmar que su temporalidad no será reconocida como tal en tanto el elemento histórico que la produce no se vea dialectizado por el elemento anacrónico que la atraviesa. Es lo que Gilles Deleuze, en el plano filosófico indició con fuerza cuando introdujo la noción de imagen-tiempo en doble referencia al montaje y al movimiento aberrante (que, por mi parte, yo llamaría síntoma).
  
Dejemos a un lado, por cuestiones de espacio, el concepto de Deleuze emparentado con la idea de imagen-síntoma y retomemos el recorrido con Didi-Huberman. Los 34 espacios de Equí y n’otru tiempu son “síntomas,” rastros o trazos de un “tiempo-otro” que la cámara de Bande busca desestabilizar o afectar con el “aquí”, con el ambiente en que son grabados. Solo en la dialéctica entre el aquí y el “en-otro-tiempo” la temporalidad resultante puede devenir política y, del mismo modo, los sonidos del presente se verán preñados de la potencialidad emancipadora de la herencia en su dialéctica con las imágenes-síntoma del pasado. Estas escenas, en tanto “síntoma”, no son re-presentaciones (esto es, el forzar a la presencia) que muestran sangre, cadáveres o huesos, ni tampoco son parte de las imágenes de las fosas comunes disponibles en tantos otros documentos fotográficos o fílmicos (necesarios, urgentes y por conocer). Esto significaría forzar o violentar la representación misma de la violencia. Esto explica, asimismo, el desasosiego de la experiencia del “sonido del silencio” por el que navega el espectador, la incomodidad de la demora del tiempo del duelo durante el visionado del filme. Las escenas son un “observar” (verbo que en francés –regarder– remite a importarle a alguien algo, a un preocuparse por algo/alguien) a través del tiempo y de los lugares-otros de la violencia del franquismo. La presencia de los cadáveres, su re-presentación, violentaría la posibilidad potencial que la anacronía del síntoma propone, la interrupción infinita, siempre potencial, inagotable y por reflexionar por el observador, por el “espectador emancipado” [...]



"El sonido del silencio.
Cadáver, violencia y capital en la democracia española contemporánea" en
Cuaderno del paisaje
Pedro A. Aguilera-Mellado