Botonera

--------------------------------------------------------------

7.12.15

XV. LA SUPERVIVENCIA. HERRAMIENTAS MÍNIMAS - REVISTA SHANGRILA Nº 25.




 Antoine d'Agata




(...) Aquel que detenga la mirada en una de las páginas de Anticorps [Antoine d'Agata], abierto este vasto volumen al azar, probablemente encontrará una imagen desenfocada, “movida”, de uno o más cuerpos desnudos cuyos límites se desintegran o confunden, el rostro borroso o distorsionado en una mueca animal (dientes que parecen prolongarse fuera de la mandíbula, facciones desencajadas o irrealmente relajadas), una tensión infártica tras la cual ni siquiera hay el contrapunto geométrico de las pinturas de Bacon sino una completa oscuridad, o acaso una mugrienta e indistinta habitación, interiores degradados, carentes de contexto reconocible, un no lugar cualquiera. Quizá los cuerpos se traben en un vértigo de piernas, brazos, sexos, como una araña monstruosa; quizá una aguja cuelgue de la piel que apenas contenga los huesos del costado, afilados o informes o elásticos; quizá una de esas figuras sea la del propio fotógrafo, aprisionado en el encuadre y penetrando con total explicitud anatómica a una mujer, o envuelto en el vapor del crack, o inyectándose heroína. La plasticidad y la precariedad del cuerpo, el cuerpo reblandecido, comerciado, degradado o sublimado, los cuerpos de la droga y el orgasmo, los instantes en los que el rostro desvela su animalidad, su mandíbula interior, su anonimato íntimo. Ante cada imagen las impresiones se agolpan con violencia en el espectador, sin mediación racional posible: repugnancia, asombro, enmudecimiento, tristeza, fascinación, repulsa moral, tal vez una culpable excitación sexual (...)


  "Sobrevivir (en) los márgenes",
Rubén Martín
en La supervivencia. Herramientas mínimas

Revista Shangrila nº 25