Botonera

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1.12.14

X. "JEAN-PIERRE MELVILLE. CRÓNICAS DE UN SAMURÁI", José Francisco Montero, Trayectos libros 2, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2014.




Hasta el último aliento, Jean-Pierre Melville, 1966


De los trece largometrajes dirigidos por Melville, ocho narran intrigas que se pueden adscribir al género policíaco, siempre admitiendo este término tan inadecuado aplicado a los filmes de Melville: tan solo en su última película, Crónica negra, adquiere protagonismo la figura de un policía, quedando relegados a papeles secundarios en el resto de sus filmes negros, de modo que el relato se centra en los personajes que están al otro lado de la ley —con la excepción parcial de Círculo rojo, donde el comisario Mattei comparte protagonismo con el trío de atracadores; en filmes como Hasta el último aliento o El silencio de un hombre el peso de los respectivos inspectores de policía es trascendental también, pero subsidiariamente al protagonismo de sendos personajes pertenecientes al mundo del hampa.

Tampoco la adscripción de estas ocho películas de Melville al género negro parece totalmente pertinente, por razones más generales: es muy controvertido el estatuto de género del cine negro, habida cuenta de la heterogeneidad de sus manifestaciones, de modo que lo que conocemos como tal está formado por una abigarrada serie de subgéneros, o corrientes, o incluso de películas individuales, con notables diferencias entre ellas, prefiriendo numerosos autores, como consecuencia, la denominación de “movimiento” o “estilo”. No careciendo esta decisión de argumentos, es preciso señalar asimismo que en cualquier caso, más allá del cine negro, el concepto de género es extremadamente difuso y permeable. Más un instrumento analítico que una realidad factual claramente delimitable, una abstracción de utilidad esencialmente hermenéutica, e incluso industrial y espectatorial, si bien es cierto que esto se revela aún más en un cine tan resistente a las clasificaciones como es el negro.

Son sin duda las películas que se pueden adscribir, aun con reservas, a este género las que han dado mayor popularidad a su autor, y simultáneamente las que le han proporcionado mayor prestigio e influencia en cineastas posteriores, si bien no convendría olvidar que filmes como
Le silence de la mer o El ejército de las sombras —ambientados en la época de la Ocupación de Francia por la Alemania nazi— se cuentan también entre sus mayores logros. Ni que entre sus filmes policíacos y los que conforman el resto de su filmografía existen profundas afinidades —sobre todo en el caso de El ejército de las sombras, como ya hemos apuntado.

No obstante, si el cine policíaco de Melville remite obsesivamente a la iconografía creada por el cine negro de los años 30, 40 y 50 realizado en Hollywood, parece pertinente preguntarse qué parentesco, qué vinculación profunda, qué afinidades y divergencias derivadas de esta recurrencia a una determinada iconografía, tiene el cine policíaco de Melville con su más evidente fuente nutricia (...)





"El cine negro chez Melville", Fragmento de 
Jean-Pierre Melville. Crónicas de un samurái