Botonera

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2.11.14

BITBLIOGRAFÍA - "NICOLAS WINDING REFN: LUCES Y SOMBRAS DEL THRILLER CONTEMPORÁNEO", Brox Santiago, Óscar, Madrid: Macnulti Editores, 2014.




Nicolas Winding Refn:
Luces y sombras del Thriller Contemporáneo
Brox Sanriago, Óscar
Madrid: Macnulti Editores, 2014

Por el camino de Winding Refn
Aarón Rodríguez Serrano




Que se admire a un determinado escritor no justifica la hagiografía automática ni la elevación a los altares de sus textos. Antes bien, el cariño por los colegas de oficio exige en primer lugar un rigor ante sus trabajos que permita tomarles en serio, alejarse de las palmadas en la espalda ceremoniales y rastrear en su esfuerzo aquello que uno mismo puede aprovechar para levantar su aparataje teórico. En este humilde circuito –los lectores probablemente estarán de acuerdo- al final nos conocemos entre todos y conocemos también nuestras carencias y nuestras debilidades.

Dicho esto, los que hemos seguido en los últimos años el trabajo de Óscar Brox sabemos de su interés por buscar los tres pies al gato de los géneros sin pagar el peaje de Rick Altman ni de las postalitas académicas, sino acudiendo directamente a la obra de un corpus personal de directores sobre el que ha ido trenzando sus obsesiones y sus análisis. Hay algo en sus textos anteriores que ya apuntaba hacia el Winding Refn que nos ha traído y que, en cierta medida, explica muchas de las decisiones que quizá les resulten arriesgadas/incomprensibles a un buen número de desconocidos que decidan apostar por el primer título de Brox. Lejos de mis intenciones trazar esa hoja de ruta, sino más bien dejar constancia de una suerte de coherencia interna entre lo ya pronunciado y lo nuevo, lo ya pensado y lo que ahora puede empezar a pensarse.

Opciones entre el riesgo y la incomprensión que son, a su vez, las que dotan a un valor realmente innovador a la forma del pensamiento. Brox forma parte de esas rara avis de mi generación crítica que han tenido siempre una preclara influencia de la gran literatura en su manera de encarar la reflexión cinematográfica, casi un dominio enciclopédico del universo literario que ha sabido hibridarse con una cierta revolución formal en la manera de entender el ensayo de lo fílmico. Hace unos años recuerdo escuchar a José Francisco Montero opinar sobre la falta de renovación que se apreciaba a nivel formal en demasiados ensayos de cine. Ambos autores –y unos cuantos más que se sentirán, espero, reconocidos- han comenzado a trabajar en otra dirección sin pagar el peaje del tic académico ni publicar mirando de reojo el rédito de los usos y costumbres universitarios. Ya que no es mi caso, creo que tengo derecho a sentir una cierta envidia hacia ellos, y consecuentemente, ante su manera de pasar por encima de las convenciones para ir directos al núcleo de lo dicho. En el Winding Refn de Brox no hay prácticamente ni una nota a pie de página, y su aparataje sólo se apoya explícitamente en catorce referencias bibliográficas. Lo que en cualquier otro autor hubiera sido un gesto sospechoso de pereza intelectual aquí se trasluce como un intento de clarificar y depurar al máximo los mimbres del ensayo como género. ¿Se trata, quizá, de otro de los muchos pasos que la nueva crítica de cine –no confundir con la Nueva Crítica (Marca Registrada)- está tomando en contra de la academia? ¿Un nuevo temblor que demuestra que los nuevos pensadores del cine están cada vez más lejos de la Universidad y que nos encontramos, ya definitivamente, ante un cambio de paradigma en la generación de discursos sobre lo fílmico? ¿Aquella vieja diatriba de Contracampo entre defensores de la Academia y defensores de la Crítica Inmediata se ve de pronto resucitada ante la emergencia de nuevos textos y nuevos autores?

De ahí que el Winding Refn de Brox está a kilómetros de la tradición sobre la “monografía de director” entendida en su forma canónica. De hecho, por momentos parece un libro tan incómodamente personal que no creemos que encaje con facilidad en ninguna de esas listas de Mejores-Libros-De-Cine-De-2014. Las cuatro partes principales que componen su decir –la reflexión sobre el thriller como género, la contextualización de Winding Refn y dos breves pinceladas sobre su relación con la violencia y la belleza- están conectadas casi en sordina, entablando un diálogo inconcluso, a veces fantaseado, a veces imaginado, a veces manifiestamente inventado. Brox intenta rastrear la verdad de una experiencia detrás de ciertos encuadres –hay algunas páginas a propósito de Fuera de sí (Bleeder, 1999) que son absolutamente portentosas- que horrorizaría a los que reivindican un estudio del cine positivista y centrado únicamente en el control científico-descriptivo de los textos.



Cuando se arranca al ensayo de su compromiso con lo inmediatamente verificable y se acepta la subjetividad del analista como tejedor de una literatura sobre lo cinematográfico se abre toda una nueva senda de pensamiento. Lo importante del Winding Refn de Brox es, precisamente, la capacidad para mantenerse en el límite preciso entre lo que el texto dice y la capacidad del analista para construir a su alrededor sin caer en extraños arcanos ni en el más incomprensible de los exhibicionismos. Mantiene fragmentos en lo oscuro, desvela latidos del contexto histórico y conjura una serie de interlocutores que, como decía al principio del texto, emergen en coherencia con su particular trazado cinematográfico de los últimos años. Habrá, por supuesto, quien sienta extrañeza ante la absoluta seriedad con la que se piensa la obra de Michael Mann o Jacques Audiard, sin pagar el peaje de las justificaciones generacionales. De lo que se trata, por el contrario, es de sacudir los parámetros de la topografía cinéfila, inventar un nuevo espacio reflexivo y, ahora sí, ensayar un posible resultado. De ahí que este Winding Refn funcione como agradecido compañero de viaje, carta cinéfila más que tratado, guiño cómplice más que monografía. Sólo aceptando ese parámetro de cercanía se puede apreciar el placer del texto y, por extensión, adentrarse en un universo cinematográfico tan estimulante como reivindicable. El (re)descubrimiento que propone Brox del director no pasa por la verdad hermenéutica sino, afortunadamente, por la experiencia de un sujeto que detecta, analiza y construye. 




Nicolas Winding Refn