Botonera

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28.5.14

XXXIX. MARGUERITE DURAS. MOVIMIENTOS DEL DESEO. Revista Shangrila nº 20-21, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2014.





India Song, Marguerite Duras, 1975





Las formas del silencio y la memoria se pueden manifestar con metáforas y metonimias de recorridos infinitos o alcanzar en la simpleza de la contemplación su expresión más pura.
El cine de Marguerite Duras se hunde en una erótica espacial de mera exhibición de espacios desnudos y se desborda frente a la mirada del espectador en la carnalidad de un paisaje humano mudo y de resonancias intemporales.
Asistir a los ritos visuales de Duras sin haber pasado por estadios iniciáticos de suspensión de la mirada representa un estupor tan desconocido como frustrante. Salir de él, entrar en el dolor y desembocar en la dicha, es el único itinerario posible para llegar a su mundo deshabitado y sublime. Y ese paso del dolor a la dicha solo es viable mediante la captación razonada o intuitiva de la idea que late en sus textos figurativos.
Si por una parte no podemos rendirnos al placer y el contento, sí podemos, en cambio, abandonarnos al goce frente a uno de sus filmes. Este sentimiento lo encontramos ilustrado en la definición de texto de goce que nos da Barthes en El placer del texto (Le plaisir du texte, 1973):

Texto de goce: el que pone en estado de pérdida, desacomoda (tal vez incluso hasta una forma de aburrimiento) hace vacilar los fundamentos históricos, culturales, psicológicos del lector, la congruencia de sus gustos, de sus valores y sus recuerdos, pone en crisis su relación con el lenguaje.



El color de la palabra
Alegría Royo Beltrán