Botonera

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19.5.14

XIX. MARGUERITE DURAS. MOVIMIENTOS DEL DESEO. Revista Shangrila nº 20-21, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2014.




Yann Andrea y Marguerite Duras




Hay, pues, que ver el abandono. No es solo que ver sea abandonarse, sino, tal vez, aún más, que el abandono surja del ver mismo. Un ver que ya no es ver, un ver como con los ojos cerrados. ¿Cerrados a qué? Al propio mundo, que debe desaparecer para que, en su lugar, en su hueco, germine el abandono, y todo aquello que a él está unido, que viene con él, que cruza por todos los pasadizos y las avenidas del mundo para confluir en esa inercia de lo abandonado, en su profunda serenidad; de forma similar a como los ríos de Europa van a dar en las arenas gélidas y brillantes de las fuentes de Piazza Navona. A como la cañada del Calvario conduce hasta Roma misma y la Via Appia. 
Hay como un pueblo, una población dispersa de lo abandonado. Suya es una inminencia que viene de lo inmemorial, de la inmemoria irrestañable, de lo subterráneo, agujereado, perdido y borrado, de lo que no se ve y es casi innombrable. Una conjunción que, sin embargo, carece ya de lugar: entes o espíritus unidos “por su misma separación”, como se dice de los amantes antiguos en Il dialogo di Roma (1982). He ahí el ideal regulativo, el país del norte, la dimensión de una sensibilidad olvidada, desviada, arrasada. Latencia que, no obstante, no deja de afluir “como una especie de recuerdo confuso, quizás inventado, pero plausible”.  Civilización seminal, originaria, desnuda en su primigeneidad: pura llanura elemental de landa y mar: “Nada quedaba de aquella civilización: solo agujeros, cavidades en la tierra, invisibles exteriormente”. U-topía, pues, de lo abandonado a sí mismo, incluso por encima de sí mismo. Lo que es de la inacción o la pasividad suma y reposa, dejado, en la soledad, seca, árida, polvorienta, de las fuerzas anónimas. De la erosión, de la ruina. Roma. (...)



Mírela. Cierre los ojos. Vea ese abandono.
(Una lectura de I
l dialogo di Roma, de Marguerite Duras)
Alberto Ruiz de Samaniego